El Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación (CRAI) “César Acuña Peralta” felicita al compatriota Mario Vargas Llosa por haber ganado el Premio Nobel de Literatura 2010. Un peruano que pone el nombre del país en lo más alto.
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Vargas Llosa, premio a la creatividad y la libertad.
Elcomercio.pe | El peruano más universal, Mario Vargas Llosa, hace nuevamente noticia y pone en alto el nombre de nuestro país. La Academia Sueca le otorgó el Premio Nobel de Literatura 2010, en reconocimiento a su vasta producción literaria y a su defensa de la libertad y la democracia.
Se trata de una reivindicación histórica y de un gran día para la lengua española y la literatura latinoamericana. El mismo Vargas Llosa declaró ayer que había perdido las esperanzas de recibir este galardón, para el que fue tantas veces postulado. Sin embargo, a sus 74 años, y tras haber recibido enormidad de reconocimientos en España, América Latina y Europa, puede ver coronada hoy su carrera literaria con el premio más prestigioso del mundo.
Es revelador que, al conocer la noticia, nuestro laureado escritor no solo haya recordado al gran Jorge Luis Borges, otro latinoamericano genial y universal que murió sin recibir el premio que a todas luces merecía, sino que también haya reafirmado su peruanidad, presente en la mayoría de su obra.
Efectivamente, desde “Conversación en La Catedral” hasta “Lituma en los Andes”, pasando por “Los jefes”, “La Casa Verde” y “Pantaleón y las visitadoras”, encontramos lugares, circunstancias y personajes propios de nuestra realidad que el escritor usa para graficar situaciones y tramas de alcance universal.
Sin embargo, su maestría va mucho más allá, como se refleja en “La tía Julia y el escribidor”, “La guerra del fin del mundo”, “La fiesta del Chivo”, “El paraíso en la otra esquina” y “Travesuras de la niña mala”, que se leen en casi todos los idiomas.
Como dicen los expertos, la Academia Sueca finalmente tuvo que evaluar la hondura y totalidad de su obra y trayectoria, para reconocer su calidad narrativa, la visión original de las cosas y su redescubrimiento del humor y la sensualidad como motivaciones de la vida.
Pero Vargas Llosa es más que un escritor. Este peruano universal es reconocido, además, como un maestro de varias generaciones, en cátedras que ejerce en diversas partes del mundo.
Ha ejercido también fervorosamente el periodismo, en una cercana y permanente relación con El Comercio, primero como corresponsal y actualmente como colaborador principal de la página Editorial con columnas quincenales sindicadas por el diario “El País”, esperadas ansiosamente por nuestros lectores.
Este intelectual, que supo evolucionar, es también un defensor acérrimo de la libertad de expresión, un ensayista político de polendas y para los conocedores, uno de los referentes mundiales, más allá del ámbito latinoamericano, de la defensa de la libertad, la verdad y la democracia, lo que le ha granjeado enemistades, como las de Hugo Chávez y Fidel Castro, cabezas de regímenes colectivos trasnochados, lo que en lugar de afectarlo, lo engrandece.
En este momento de regocijo, no podemos dejar de recordar su frustrado paso por la política peruana cuando en los años 90, haciendo un enorme sacrificio, postuló a la presidencia para enfrentarse y contener el proyecto autoritarista del fujimorismo. El tiempo, sin embargo, le dio la razón: a pesar de su fracaso en las elecciones de entonces,el ganador del Nobel inició una prédica incesante por la libertad y la democracia, que afortunadamente perdura y fructifica hasta nuestros días.
Como peruanos, este Premio Nobel a un compatriota destacado nos enorgullece, nos llena de satisfacción y levanta en mucho la autoestima nacional, tan necesitada de estímulos y ejemplos.
Hoy Mario Vargas Llosa forma parte de la reserva moral de la nación. El mejor homenaje que, en gratitud, podríamos ofrecerle, sería seguir luchando por consolidar el sistema democrático, con libertad, justicia e inclusión; tomar a pie juntillas su testimonio de que nada es gratuito en la vida, sino que todo depende del esfuerzo y el sacrificio que estemos dispuestos a hacer; y ponderar su opinión como de la un peruano comprometido con el futuro de esta nación a la que tanto ha dado y sigue dando.
La Ciudad y los Perros | Mario Vargas Llosa.